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Desde el alma El espejo

El tubo


El tubo

Son las horas, cuartos, minutos y segundos

el tiempo en el tubo del virus

esperas entre miedo al miedo.

Cruzo el alba de la oscuridad

la luz en las penumbras de bombillas

humanizan los metros bajo tierra

durante el pavor al entrar

y la esperanza de volver a salir.

Cada día el mismo hechizo de suerte,

crece el silencio entre el ruido

de raíles de carnes prietas

al paso de un cilindro  

pleno y lleno en unas,

o vacío de confianza en otras.

En la calma ruego

en el pudor de mis terrores

que llegue pronto a todos los destinos

y el universo no deje subir

la guadaña segadora de aire

oxígeno a los pulmones

y nos deje ir por viento fresco

de levante hasta poniente,

por barlovento o sotavento,

con los trapos abiertos

trazando aguas bravías con acierto

para volver a ver otras flores abrir sus pétalos

sentir la brisa del aire en la mañana

o el azahar al abrir las ventanas.

Es el tubo del tiempo muerto,

transporte de carnes apretadas,

vehículo en la superficie

del mar de los silencios.

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