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Amapolas

Amapolas

Para Leticia Uceda Carmona, de la cuna de Don Miguel de Cervantes, Alcalá de Henares. Por fidelidad y compromiso con las letras de esta pluma.

Son los primeros rayos del naciente sol

luces reflejando el campo yelmo de vida

pero solo a la vista, en su interior, germinan

sueños de millones de humanas almas.

Corazones viviendo con delicia el amor.

Son las primeras, blancos sus pétalos,

margaritas risueñas de esperanza, buscadoras

del sésamo de las medias naranjas.

El amarillo resplandece como el astro

en el centro, carne de pasión.

Las segundas, entre el verde esmeralda

encienden los ánimos de rojo intenso,

del fuego al calor del entusiasmo

llegan los olvidos del invierno

intensidad y latidos en el pecho.

Todo el campo enardece, floreciendo los sentidos

y las blancas, tan sedosas como el amor,

pacientes como la espera, pendencieras del capricho

adormideras de pasiones, voladoras de otras imaginaciones…

Las azules de color prohibido, retratan los océanos

mares de almas y consuelos, desapegos a la par

del amarillo cuando aparece y trae sus celos.

Tantos son sus colores como placeres

pétalos que hablan en la inmensidad del horizonte

arco iris a mano de quien busca en la brisa del aire

el perfume y brasa de amores descarnados

de la más amable de las flores.

Amapolas al amparo del cielo, luceros en acción,

crepúsculo en la sangre, amapolas de mi amor.

Corta es su vida, pero resueltas a renacer

disfrutar de los placeres, al son del aire

al capricho del alba, a las luces del amanecer

tierna parece y no lo es, sedienta de contacto

del te dulce o amargo según el momento

seductora de gloria del instante sin más pedir…

que ser fiel a sus principios, intensa y feliz. 

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A ellas Flores Poesía

Rosa

Rosa es la flor

sinónimos de versos

inspiración del universo

cuando canta al amor.

Pétalos de seda

velan al compás de la espera,

de la dama casada o soltera,

mientras su corazón vuela.

Las hay con o sin espinas.

Estas que plasmo

no hacen daño humano

jamás lastiman.

Hay otras en las ramas,

nacen y no se dejan,

son las flores que posan,

solo admiten el vuelo de las almas.

De todas ellas…,

me quedo con las dos.

unas por ser regalo de Dios

y otras por ser doncellas.