Van y vienen piernas por todos lares
hacen honores al astro rey
a la gracia de su canícula
despiertan las flores
buscan nuevas sensaciones
emociones de gloria intensa.
Faldas cortas y mini pantalones
muestran la candidez del deseo
destacan entre el flujo de andares
en unas ocasiones
el resto, en sus sentares.
Morenas y esbeltas…,
otras según los colores
dan rienda suelta a quien aún se sorprende
al son de tantos amores.
Pero, pero, pero cuando veo…,
un vestido de faldas largas
andar de gráciles maneras
trapos sueltos al tobillo
seda al vuelo
acariciando el vals de los pétalos de rosa
orquídeas de Osiris
donde todo se sueña
nada se ve
solo es un espejismo,
ilusión al abismo de un horizonte
de cualquier parecer.
Es ahí, en las sutiles gracias
y efímeras maneras
donde se aprecia la feminidad por doquier
las pupilas se dilatan
los sentidos florecen
el pecho renace
la belleza se hace extrema
y sin poder evitarlo
allá por mis entrañas
aúllo a placer…
¡Qué estilo y clase!
¡Por el cielo Divino!
Y aparece el poeta de la vida
con tinta de repente
para plasmar en el pecho
el grito del silencio
de un Renoir de a pluma dispuesto
a dar vida a la armonía
en el borde de la imaginación
pintar colores inéditos
crear notas imposibles
para dejar escrito en un “octograma”
la excelencia de una obra perfecta
grabada a fuego en los sesos.